jueves, 25 de octubre de 2007

Video: Ateroesclerosis

Tratamiento

Se pueden recomendar medicamentos para reducir las grasas/colesterol en la sangre, los cuales pueden ser colestiramina, colestipol, ácido nicotínico, genfibrozil, probucol, lovastatina u otros. La aspirina, que inhibe la acumulación de las plaquetas, y anticoagulantes, para reducir el riesgo de formación de coágulos, también puede ser de utilidad.

Control de los Factores de Riesgo

Actividad física: Ejercicio físico practicado con regularidad, tres sesiones semanales de 50-60 minutos, preferiblemente de tipo aeróbico como marcha, andar a paso rápido, bicicleta, correr, nadar, etc. No es necesario que sea extenuante ni que nos fatigue, el ejercicio moderado ofrece magníficos resultados.

Dieta cardiosaludable: Aporte calórico correcto. Son muy recomendables los alimentos vegetales como legumbres, frutas, hortalizas, ricos en sustancias antioxidantes (vitaminas A, E, C,). El ácido fólico, presente en verduras de hoja verde, frutos secos o aceites vegetales, tiene un papel importante en la prevención, lo mismo que los ácidos grasos omega-3, que se encuentra en los pescados azules. También el té y el vino (consumido moderadamente) contienen antioxidantes tan potentes como las verduras y frutas. El aceite de oliva es preferible a otros tipos de aceite. Hay que disminuir el consumo de alimentos ricos en colesterol y grasas saturadas: huevos, leche entera, carnes grasas, embutidos, vísceras.

Controlar el estrés: El estrés tiene un efecto perjudicial en la arteriosclerosis. No es fácil en la sociedad actual evitar las situaciones de estrés, por ello se hace necesario combatir la tensión emocional mediante técnicas de relajación. Las hay de fácil realización y muy efectivas.

Combatir el exceso de peso: La obesidad se suele acompañar de hipertensión, aumento del colesterol y del ácido úrico, diabetes. En muchos casos reduciendo el peso se corrigen total o parcialmente estas anomalías. Por ello resulta tan importante mantener un peso corporal correcto.

Controlar la hipertensión arterial: En la mayoría de los casos la hipertensión es ligera y se puede controlar con hábitos higiénicos sanos: ejercicio, dieta, relajación. Sólo cuando las cifras son muy elevadas de forma permanente se puede necesitar tratamiento farmacológico.

Dejar de fumar: El tabaco que tiene un efecto muy pernicioso no sólo sobre la arteriosclerosis, sino también sobre otras enfermedades.

Factores de Riesgo

Hipertensión: Los factores hemodinamicos derivados de la tensión que soportan las arterias, constituye el factor mecánico al cual se le atribuye un gran valor en la formación de la ateroesclerosis.
El mecanismo por el cual la tensión arterial puede favorecer la formación de la ateroesclerosis es:

  • La alteración de la estructura de los vasos. Los vasos se dilatan y se hacen tortuosos, la lámina elástica se fragmenta y aumenta el tejido colágeno.

  • Incremento de la filtración de lípidos a través de la intima.

  • Alteración de los procesos metabólicos y enzimáticos de la pared arterial.


  • En la hipertensión arterial aumenta la resistencia periférica y esta crece al aumentar el espesor y la rigidez de la pared arterial como resultado de la proliferación de células musculares lisas y de la matriz proteica extracelular, con lo que se modifica las propiedades mecánicas de la pared arteria.
    Desde el punto de vista clínico, anatómico y epidemiológico se comprueba la frecuente asociación de la hipertensión arterial y la ateroesclerosis. La placa ateromatosa se forma en los sectores de la aorta donde existen curvas, bifurcaciones o nacimiento de las colaterales. En la arteria pulmonar solo aparece cuando existen causas que generan hipertensión pulmonar, como en ciertas patologías pulmonares o cardiopatías congénitas.


    Tabaquismo: El tabaquismo esta asociado al desarrollo de la ateroesclerosis aortica y coronaria. El riesgo crece con la cantidad de cigarrillos consumidos, los años que hace que uno fuma y con la inhalación profunda del humo.
    El peligro del tabaquismo se debe a la nicotina y al monóxido de carbono.
    La nicotina tiene efectos hemodinamicos y metabólicos: taquicardia, hipertensión arterial, vasoconstricción periférica, aumento del trabajo cardiaco, mayor demanda de oxigeno y movilización de ácidos grasos libres.
    El monóxido de carbono a través de la hipoxemia arterial, produce daño endotelial, aumenta la permeabilidad del endotelio y favorece la filtración de lipoproteínas y la acumulación de colesterol en la pared arterial.
    Se demostró que el tabaquismo produce un aumento de las LDL y los triglicéridos con disminución de las HDL y con disminución de la prostaciclina endotelial que facilita la adhesividad plaquetaria y la formación de microtrombos en la pared arterial.


    Obesidad: Los obesos tienen disminuida la actividad de la lipoproteinalipasa por lo cual se origina un aumento de triglicéridos y un descenso de HDL, acompañándose ello de una mayor incidencias de coronopatias. Además a eso se le suma una variación de los niveles de ácido úrico y glucemia que son dependientes del peso.


    Sedentarismo: Es un factor de riesgo reconocido.
    El ejercicio físico favorece la vasodilatacion capilar, muscular, reduce la frecuencia del pulso y produce un descenso de la presión arterial en los hipertensos, por el incremento de la actividad de la renina y de la concentración de prostaglandinas que reduce la resistencia periférica y la agregación plaquetaria y aumenta la actividad fibrinolitica evitando la posibilidad de trombosis. Además con el ejercicio disminuye los niveles de triglicéridos y aumenta las HDL, además aumenta la masa muscular y reduce el tejido adiposo contribuyendo a descenso del peso.


    El estrés: Actúa a través de la excitación del sistema nervioso simpático que produce la liberación de catecolaminas, aumentando la tensión arterial y la movilización de ácidos grasos libres que favorecen el incremento de triglicéridos y colesterol. Además las catecolaminas aumentan la agregación plaquetaria y disminuyen el tiempo de vida de las plaquetas

    Arterias Afectadas

    Arterias coronarias: Son las arterias que aportan sangre al corazón. Su afectación produce angina de pecho e infartos de miocardio.

    Arterias carótidas: Son las principales arterias que llevan sangre a la cabeza. Su afectación puede dar lugar a la aparición de un infarto cerebral.

    Arteria aorta: Es la arteria más grande del cuerpo, y su afectación puede dar lugar a una falta de riego en las piernas y en órganos intra-abdominales como los riñones.

    Arterias de extremidades: Da lugar a una falta de riego que produce dolor con el ejercicio, por la noche, y heridas que no curan que pueden conducir a la amputación de la extremidad si un tratamiento adecuado no se instaura a tiempo.

    ¿Qué causa la Ateroesclerosis?

    Las placas ateroescleróticas son causadas por una acumulación de depósitos grasos en el revestimiento de las arterias. La placa consiste principalmente de colesterol y otras grasas, calcio y tejido cicatrizante.
    Aunque los procesos que conducen a la ateroesclerosis pueden iniciarse en la niñez, toma décadas antes de que ésta llegue a ser lo suficientemente severa como para causar problemas serios de salud.

    viernes, 5 de octubre de 2007

    Introducción a la Ateroesclerosis

    La ateroesclerosis es la mayor causa de muerte en el adulto. Es una enfermedad crónica y progresiva producida por el depósito de grasas en la pared de las arterias que da lugar al estrechamiento de las mismas.
    Lo que produce esta patología es una lesión endotelial, con acumulación de lípidos y plaquetas sanguíneas y células musculares lisas que se acumulan en la pared arterial produciendo la placa de ateroma.